La peregrinación jacobea como tal concluye en la ciudad de Santiago de Compostela. Sin embargo, casi desde el descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago (s.IX) en lo que hoy es la urbe compostelana, determinados peregrinos, tanto de la Península Ibérica como del resto de Europa, decidían prolongar su viaje a la Costa da Morte, en la zona más occidental de Galicia, frente a las bravas aguas del océano Atlántico. La razón de esta tradición obedece a varios motivos, todos distintos, pero todos relacionables, y su resultado es lo que se conoce como el Camino de Fisterra-Muxía.
La Costa da Morte era para los antiguos -y así fue hasta el final de la Edad Media- el último reducto de la tierra conocida, la punta occidental de la Europa continental, el tramo final de un itinerario marcado en el cielo por la Vía Láctea, un espacio mítico-simbólico que tenía en la impresionante mole del cabo Fisterra («Finisterre») su parte más extrema. Era un lugar cargado de todo tipo de creencias y ritos paganos en el que los romanos (s.II.a.C.) se sobrecogieron al ver al enorme sol desaparecer entre las aguas.
Pero el proceso de cristianización de la tradición pagana de Fisterra sería ya patente a mediados del primer milenio. A partir del siglo XII, el Códice Calixtino vincula estas tierras con la tradición jacobea. El célebre códice señala que los discípulos de Santiago viajaron a la desaparecida ciudad de Dugium, en la actual Fisterra, buscando la autorización de un legado romano para enterrar al apóstol en lo que hoy es Compostela. Pero el legado, receloso, los encarcela. Los discípulos logran huir y cuando están a punto de ser alcanzados, cruzan un puente que se derrumba al paso de la tropa romana que les persigue.
Pero la tradición jacobea del finisterre gallego se fundamenta, sobre todo, en la integración en la misma de numerosos elementos ancestrales de la zona, que no sólo ofrecía a los antiguos peregrinos la visión de la parte más extrema del mundo conocido, sino dos de las devociones más populares de Galicia. Se trata del Santo Cristo, en Fisterra donde el licenciado Molina (s.XVI) dice que a él «acuden los más romeros que vienen al Apóstol», atraídos por el hecho de poder postrarse ante el hijo de Dios en tan extremo lugar, tras su estancia en Santiago, y de la Virgen de A Barca, en la cercana costa de Muxía. Según una tradición que se remonta a la Edad Media, la Virgen María acudió a este hermoso lugar en una «barca de piedra» para dar ánimos a Santiago en su predicación, en un hecho que vincula a este santuario con el de la Virgen del Pilar de Zaragoza.
:. LOS ALBERGUES DE PEREGRINOS DE LA XUNTA Y MUNICIPALES EN EL CAMINO DE FISTERRA-MUXÍA
MUNICIPIO | DIRECCIÓN | PLAZAS | OBSERVACIONES |
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Monte de Gonzo | San Marcos | 400 | Abre de 13:00 a 22:00 |
Santiago (Residencia San Lázaro) | Rúa San Lázaro | 80 | Abre de 10:00 a 21:00 |
Negreira | c/ Patrocinio s/n | 22 | Abre de 13:30 a 22:00 |
Olveiroa | 34 | Abre de 13:00 a 22:00 | |
Dumbría | 26 | Abre de 13:00 a 22:00 | |
Muxía | c/ Enfesto, 22 | 32 | Abre de 13:00 a 22:00. Para dormir es necesario haber sellado la credencial en Dumbría y Lires. |
Corcubión | O Vilar, s/n | 20 | Abre de 16:00 a 22:30. Es municipal y lo gestiona la AGACS (Asociación Gallega de Amigos del Camino) |
Fisterra | c/ Real, 2 | 36 | Abre de 13:00 a 22:00. Solo permite pernoctar a peregrinos con credencial con sellos de Santiago a Fisterra |