Algazal, el primer musulmán que visitó la tumba del apóstol era de Jaén

Es quizá todo un desconocido por los jiennenses pero para los historiadores gallegos y sobre todo para los amantes del Camino de Santiago y todo lo que rodea al apóstol, Yahya ben Alhacam Albecri, llamado Algazal o Algacel -al Gazal-, es todo un personaje ilustre. ¿Por qué? Por nada más y nada menos, que Algazal se le considera como el primer musulmán que visitó el santuario donde reposaban los restos del Apóstol Santiago.

Este poeta, diplomático y pensador nacido en Jaén, visitó Compostela a mediados del siglo IX al frente de una embajada enviada por el emir cordobés Abderramán II. Venía, a través del Cantábrico, de negociar con los normandos que, por aquel tiempo, atacaban las costas peninsulares. De regreso, el barco en el que viajaban se detuvo en Galicia para que Algazal y sus acompañantes visitasen el santuario de Santiago de Compostela, que tendría que ser conocido entre los sectores más informados de la Península para concitar la atención de unos viajeros tan distinguidos.

La estancia en Santiago, a medio camino entre la peregrinación y el interés político-religioso, duró, según alguna crónica musulmana, unos dos meses. En total, invertiría nueve. También se señala que llevaron una carta del rey normando a las autoridades compostelanas. El cronista Tamman ibn Alcama (s. IX), contemporáneo del escritor, señala que él y sus acompañantes fueron colmados de honores en la naciente ciudad.

Algazal partiría de Santiago por tierra hacia Castilla, Toledo y Andalucía. Reinhart Dozy, arabista holandés del siglo XIX, destaca que la visita se debería a que Santiago se consideraba ya por aquel tiempo el lugar más sagrado de la cristiandad después de Roma. En este sentido, hay que citar la narración de otro cronista hispanomusulmán, Ibn Dihya (s. XIII), quien recoge el viaje de Algazal y señala que en la segunda mitad del siglo IX se veían peregrinos frisones y de otras procedencias en Compostela.

Con estos datos históricos, una vez más podemos sentirnos orgullosos los jiennenses de que personajes ilustres de nuestra provincia como Algazal o Ginés Martínez de Aranda que dejó como legado la escalinata de la Catedral de Santiago que vemos en la Praza do Obradoiro, ponen de manifiesto que el mundillo jacobeo no es ajeno a Jaén.