Junto a las ruinas del viejo castillo, en su mismo patio de armas, se alza esta ermita concluida en 1778, la cual habría de sustituir a otra más antigua, de origen medieval, dedicada al Apóstol Santiago.
Construcción sencilla, su planta es de cruz latina cubierta por medio cañón con decoración geométrica, excepción hecha en el crucero, que se remata por media naranja sobre pechinas. Su actual retablo es obra del escultor malagueño Francisco Palma Burgos.