Pocos son los jiennenses que saben de la existencia en Jaén de una antigua iglesia bajo la advocación al Apóstol Santiago y ni mucho menos conocer también que hubo una cofradía en honor al Apóstol y que tenía gran arraigo en el barrio del Almendral.
Y es que según diversos estudios la Iglesia de Santiago fue una de las primeras que se fundaron en la capital del Santo Reino. A pesar de que en el siglo XVIII ya estaba en ruina, a día de hoy los jiennenses solo podemos observar que a pesar del paso del tiempo existen calles que se relacionan con dicha iglesia. Calle Campanas de Santiago, Plaza de Santiago o la calle Horno de Santiago, son algunas de las calles más populares que hoy aún se conservan.
La fecha de la fundación de la Iglesia de Santiago se desconoce, pero si se sabe por las crónicas que en el siglo XV, el condestable Lucas de Iranzo iba un día en cuaresma a oír misa allí.
A continuación reproducimos lo que decían dichas crónicas:
“Venida la fista de Santiago, el señor condestable iba a vísperas la vigilia y otro día a misa a la iglesia de Santiago. E se llevaban a la dicha iglesia cuatro antorchas de cera, que ardían a todas las horas de la dicha fiesta, en dos candeleros, delante del altar mayor de Santiago”.
“En la qual fista su señoría cabalgaba por la mañana con todos los caballeros de la ciudad, e iba al río. E desde que venía, jugaba a las cañas con dichos caballeros en todos los lugares, así a la mañana como después de bísperas. E así mesmo se daban colaciones”.
Sin duda son unos datos interesantísimos para conocer con amplitud la importancia que tuvo la Iglesia de Santiago en la ciudad y que además contaba con un privilegio frente al resto de iglesias de Jaén, ya que desde ahí salía en procesión la Santa Bula.
Lo que también se sabe de la antigua Iglesia de Santiago es que albergaba la cofradía de Santiago de los Caballeros, algo que se tiene datos de su existencia desde finales del siglo XIII. Poco se conoce sobre esta cofradía, solo que era rica en bienes, por ejemplo de tierras en Puerto Alto, en el Quebrajano y sobre todo muchas casas repartidas por la ciudad.
Otra de las cofradías que tenían su sede en la Iglesia de Santiago era la de San Ginés y San Sebastián. En 1682 se aprobaron los estatutos de la Cofradía Ánimas de Santiago que también tenía su sede ahí, pero no sería tampoco la última ya que dos años antes se fundó la Cofradía de Nuestra Señora del Sagrario y que ojo, fue la que alcanzaría mayor devoción en toda la ciudad y que tenía un solo fin, rezar el santo rosario.
Se dice que dicha cofradía obtuvo gran devoción entre la gente de Jaén gracias al obispo Antonio Brizuela y Salamanca que llegó a Jaén en 1693 y vio que solo salía en procesión en la ciudad el rosario de Nuestra Señora de los Remedios, por lo que llamó a todos los curas de las parroquias jiennenses para que favorecieran a las cofradías que desearan organizar dichas procesiones del santo rosario. Curiosamente fue la Cofradía de Nuestra Señora del Sagrario la que contaba con más devotos y en la que el obispo de Jaén acompañaba en procesión.
La población del barrio del Almendral era bastante grande, contando en 1595 con 1904 habitantes, según han descrito diversas crónicas, pero se observa que en el año 1792 la cifra bajó hasta los 720 habitantes. Por lo que se cuenta hubo una serie de años donde la población de Jaén fue a menos y obviamente el barrio de la Iglesia de Santiago también se vio afectada con esta pérdida considerable de población.
Antes había expuesto que la Iglesia de Santiago al ser quizá una de las primeras que se fundaron en Jaén tenía como privilegio el salir desde ahí en procesión la Santa Bula de la Cruzada. Se dice que era una procesión solemne, donde en la puerta de la iglesia se congregaban todos los años los antiguos estandartes y gallardetes de las cofradías y hermandades de la ciudad. Se sabe por las crónicas que se producían muchos alborotos entre todas las cofradías puesto que entre todas luchaban por mantener su antigüedad, aunque solo hubo una, la Cofradía de Santo Tomás de Aquino que se consideraba como la más antigua de la ciudad y en la que nadie ponía en duda. La procesión salía desde la Iglesia de Santiago y llegaba hasta la Catedral.
Con el paso de los años sin saber el porqué la Iglesia de Santiago despreció dicha procesión y que más tarde con la anexión a la Iglesia de San Lorenzo y luego a la de San Bartolomé, que fue la última iglesia en tener este privilegio, desapareció esta procesión, pero ojo, no procesionaba a instancias de Roma, ya que en el último Concilio de la época se suprimió este tipo de privilegio en toda España.
LA RUINA DE LA IGLESIA Y SU DESAPARICIÓN
El final de la Iglesia de Santiago llegó por la falta de recursos económicos y eso provocó que apenas se realizasen labores de mantenimiento. Al final del 1784, las fuertes lluvias e incluso huracanes, provocó que se hundiera la sacristía vieja y esto hizo que se destrozara parte de la escalera de la tribuna y órgano, además afectó la nave mayor de la iglesia. Como antes he dicho la falta de dinero, hizo que no se pudiera costear la obra de reparación y solo se compraron algunas vigas procedentes de Carchelejo. Estos arreglos fueron insuficientes para la deteriorada Iglesia de Santiago, que al tener peligro de derrumbe, los feligreses se unieron a la iglesia de San Lorenzo que era la más próxima a la de Santiago. Posteriormente a la ruina de San Lorenzo, fueron a la de San Bartolomé hasta que por fin se creó la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced.
Esta es la historia de la antigua Iglesia de Santiago, una de las más importantes de la época, pero que desgraciadamente nadie hizo nada por salvarla. Con ella se hundía el templo y también todas las cofradías se extinguieron.
Como último dato en el año 1810 se mandó derribar completamente la Iglesia de Santiago que ya estaba en ruinas y en el cual se permite a un capitán francés del cuerpo de ingenieros recoger parte del material del derribo para las obras de refuerzo de la fortificación del castillo.
Esperemos que pronto alguien pueda hacer alguna mención en la Plaza de Santiago sobre esta Iglesia célebre y que ha quedado en el olvido por parte de los ciudadanos de Jaén y del propio barrio.
Información extraída de Rafael Ortega y Sagrista.