Peregrinos de Jaén llegan al Cerro del Cabezo a las puertas de la Romería

 

Que si, que no, vaya forma de llover, qué granizo, pero el domingo a las 6:30am allí estamos un autobús completo linternas en mano comenzando aquella etapa tan especial. No íbamos solos, más de un grupo confluíamos en aquel lugar para iniciar la subida al Cerro.

Sin duda no es una etapa larga, pero si requiere un desgaste físico importante. Pese a todo allí contábamos con la compañía de uno de nuestros peregrinos más veteranos con 82 años, que nos sigue demostrando que querer es poder.

La mañana se mantenía sin lluvia ni frio hasta que llegamos a la ermita de San Ginés donde el aire era demasiado molesto. Allí pudimos reponer fuerzas al finalizar la “Cuesta del Reventón”, ya el nombre lo dice todo. Algunos voluntarios nos ofrecieron un chocolate caliente que sin duda alguna se agradecía para mitigar el aire tan frio que allí campaba a sus anchas.

Para no dar pie al enfriamiento, la mayoría optamos por continuar con el camino hacia la basílica de la Virgen de la Cabeza. Durante la etapa fuimos testigos de la señalización correspondiente para la carrera que a la 10:00am comenzaba desde Andújar. Casi 300 valientes dispuestos a subir corriendo por aquellos senderos empinados y empedrados.

Momento importante cuando nos disponíamos a enfrentarnos a la conocida cuesta de “Los Caracolillos”, jamás la olvidaré. Cuesta para no tener prisas, y tomársela con filosofía. La fuimos compartiendo con los corredores que anteriormente les comenté, a los cuales les íbamos cediendo terreno para que no parasen su ritmo.

Una vez comienzas a ver las casas de hermandad suspiras a fondo, y miras hacia tras sintiéndote orgulloso/a de lo que has sido capaz de subir con fuerza mental y tu vara. Y es cuando coges la medalla que llevas en el pecho y das Gracias a la morenita.

Una vez finalizado el recorrido y hecha la correspondiente visita a la Virgen, cogimos rumbo a la Casa de Jaén, donde algunos colaboradores desinteresados nos tenían preparados unos piscolabis, paella y postre, con lo que al finalizar de comer, estabamos otra vez para subir la Cuesta del Reventón y la de los Caracolillos las veces que hagan falta.

Esos momentos de camino o almuerzo son tiempos de intimidad o de tertulias en plena naturaleza a las cuales puede acceder cualquier persona que le interese la ruta Jacobea. Nos puedes encontrar en nuestra web www.jaenjacobea.es

Fdo.: Verónica Jimsi